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28 julio 2010

Sentidos ajenos

De pronto se encontró sentada en la butaca de la demencia, con las penas encadenadas al alma, el suspiro condenado al olvido y con una paciencia mortal que le hacía aguardar ese subjetivo momento oportuno. Tenía la leve sospecha de estar haciendo lo correcto, pues regularmente las cosas suelen salir tal como las espera. De repente, mientras repasa recuerdos cursis e inexistentes y divaga en temas de escasa importancia, baja la vista y comienza a entregarse a la resignación, poniendo a merced del tiempo sus ilusiones, en medio de una oscuridad insólitamente temprana. 

No tiene la menor idea de qué o de quienes quiere despedirse y en un ataque de indiferencia decide tan solo largarse... no sin antes ordenar alfabéticamente sus aspiraciones, depurar sus deseos, almacenar sus últimas gotas de esperanza y empacar por completo sus fracasos. Por primera vez en su vida se le ve de pie, partiendo con una piedra en el bolsillo, símbolo que ilustra su absurda y patética idea de darle fin a su angustia, a través de una emotiva y heroica muerte literaria.

2 comentarios:

  1. Ke lindo tiff, me identifico en eso de "repasar los recuerdos cursis e inexistentes" Men encanta tu blog :3

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  2. Tenia tiempo sin pasar a leerte, como siempre, me dejás pensando ¿qué hay debajo de tus letras, qué escondes? y el pensamiento me encanta :D

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