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01 julio 2010

Alma traviesa

Tras un tácito acuerdo le escuché el corazón, mágico contraste protagonizado por sus acelerados latidos y sus pasivos suspiros, rodeados de un silencio ajeno manipulado por un inoportuno reloj. Su mirada desbordaba motivos e ilusiones, lo vi mordiéndose los labios, tratando de mantener ese absurdo equilibrio entre sus sueños y su realidad... pero al encontrar cerca de sus ojos mi alma traviesa, no tuvo otra alternativa más que ceder. Sonrió, enamoró a una estrella, despejó el cielo e inventó una memoria, cuando callado se acercó y me dijo: te extraño.

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